3.19.2020

Cuarentena.

marzo 19, 2020 Posted by Geraldine Bonilla No comments

He contado las horas cuando sumar los minutos se hace más difícil.
He dicho adiós más de una vez y al final no me siento capaz.
He rebuscado en mi arrume de canciones una que me ayude a encontrarme,
pero al final recurro a los cientos de silencios que suelen abrumarme.

Estoy escribiendo cuando no planeaba hacerlo y aun así solo hay dislexia en mi cerebro,
Estoy sintiendo tanto que ya no sé describir lo que, se supone, debo olvidar.
Y no he dejado de gritar aunque no tenga voz, pero...
¿Existe alguien que esté interesado en escuchar?

La vida se pasa entre párrafos que pienso y no relato,
entre cigarrillos y tragos que nunca acabo.
El corazón se me drena entre muchos 'te amo',
unos sinceros y los demás que solo existen por miedo a ya no estar.

Quiero hacer cosas muy grandes e inolvidables como escribir un libro y aprender a cantar.
Quiero no dejar de soñar con sus ojos y ver a su lado una aurora boreal.
Quiero romper todas las reglas y bailar sola, la noche eterna.
Quiero rimar y no quererle tanto para que sienta por primera vez el miedo de perderme.
Quiero que alguien me quiera tanto como para no dejarme ir y aprenda a leer mis labios.
Quiero dejar de mentirme y olvidar.

Me agota cargar en mis parpados las lagrimas que no debo botar,
te busco creyendo que las migajas me llenarán de paz,
pero sigo hundiéndome en la mentira de que todo cambiará.

Necesito huir como si de la muerte se tratara,
desaparecer parece tan buena idea pero a la vez tan imposible.
Necesito dejar de creer que no merezco más que el miedo ajeno a la soledad,
pero vuelve tu voz a cortar toda mi voluntad.

Merezco un desvelo lleno de poesía barata y el frenesí de unas manos que no deseen soltarme.
Merezco ser el recuerdo que se eterniza en una fotografía enmarcada...
Merezco ser la razón de una pasión que hace sentir tan real la inmortalidad,
merezco pertenecer, permanecer y nunca temer.

Debería saberlo, con solo el tono de mi voz,
debería creer que se me están agotando los motivos y la ultima razón.
Debería saberlo, con solo la ausencia de lo que nunca faltó,
debería creer que lloro cada noche porqué estoy en el ejercicio de ya no necesitar.

Hemos sangrado tanto, que ahora sigo los rastros secos de lo que alguna vez fue.
Me estoy rindiendo, pero esta vez ya es imperceptible.
Seguiré contando las horas, pero restando los minutos, como la cuenta regresiva que no esperé.

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