A veces suelo pasar la mano por mi pecho, engaño a mi mente haciendo que vuelvo a jugar con tu piel ... Así te extraño menos.
Te quiero ¿Lo sientes? ... ¿Lo sueñas? Es que todo está de cabeza, por el hecho de que mis sentimientos se han vuelto sensoriales ... Pero te vas, te olvidas del alma que me sudaste, de los besos que no guardamos ... Y te vas un par de horas, confiado en mi presencia (ahí estoy).
No sé cómo hacer para extrañarte menos ... Nadie me ha dicho cómo se compensa cada error ... Tú no me enseñas a desearte cada vez menos.
Te necesito ¿Lo entiendes? Porque yo no, no sé cuanto ni bajo cual razón, pero en cualquier circunstancia solo pienso en tu olor. Y tengo miedo, más que cualquiera, miedo de creer que me enamoré, de correr sin rumbo para decaerme, o tan solo sea el miedo de alejarte con cada idiotez.
Hay veces en las que te pienso con una chispa de melancolía, otras en las que te lleno de meloserias por sentirme en paz contigo, pero hay otros días (cómo los últimos 6) en los que no te quiero hablar porque solo deseo estar juntita a vos ... ¿Me crees? Yo creo en ti -sin saber bien para que- y lo hago en ceguedad, lo hago por los instantes que fuiste tan mio y tan secreto al mismo tiempo.
Quizás soy una niña caprichosa, loca y 'malacarosa'... Es muy probable que a ratos espante de fastidio a cualquier acompañante y no me pudieron enseñar a hablar mucho de mis tormentos, por eso escribí muchos y muchos renglones para luego elegir los menos peores. Pero te deseo cuando llueve, me encantas cuando no hay clichés y te quiero aún en silencios incómodos. ¿Lo afrontarías?
Y te lo digo, porque no hay nada que no me guste de ti ... Amo hasta lo que te reprochan, por el simple hecho de disfrutar cada pedacito de tus secretos ... ¿Que seria de mi, sino amara lo que para los demás es anormal? Dejaría de querer tu alma y volvería a lo básico de la rutina, a lo mismo de siempre, a los prototipos prefabricados. Pero eres tú, solo eres tú y con eso me basta para apagar el infierno de mi cerebro, para buscar trozos del recorrido con el propósito de ser más tuya que mia por instantes, por vida.
Que me perdone la vida por cada tontedad de mujer impulsiva, por tener miedo también me inclino al perdón, porqué si no quisiera contarte los lunares entonces todo éste texto perdería el valor.
Te quiero, o eso creo ... Amo tus sueños y tu pelo, me gusta estar con vos y que el universo colapse cuando te abrazo y me empino para alcanzarte.
Y así ... Vuelvo a hacer el recorrido con la mano por mi pecho, para echarte un poco de menos ...