6.18.2019

Cuenta regresiva.

junio 18, 2019 Posted by Geraldine Bonilla No comments
¿Como se desprende el frío al recostarse sola en una cama para dos?
¿Cómo se desacostumbra la costumbre de dormir tres horas al día?
¿Cómo se rompe la rutina de fracasar en el intento?
¿Cómo se explica que no tienes palabras para dar una explicación?

¿Y si dejamos de volver a los lugares donde se amó la vida porqué nos llenan de melancolía?
¿Y si dejamos de sonreír aunque tengamos un mal día para ir a bailar aun sin tener swing?
¿Y si dejamos de jadear dormidos en los sueños no cumplidos por dar paz a quien no lo merecía?
¿Y si dejamos atrás el miedo de ver en la oscuridad a los fantasmas que decidieron irse sin ti?

Que desgastante es la presión de encajar donde no quisieron ver que no eras igual,
fingir que el corazón es de goma cada que un reproche se siente como un puñal.
Cómo aquellos entes de optimismo fingido, que tildan de imposible a la posibilidad de hallar belleza en la tristeza,
como si unir pedazos de un alma ajena mientras la tuya se desmorona no fuera entre todos, el mejor poema.

Y si yo tuviera el poderío de lograr cada anhelo, me convertiría en un grifo;
te buscaría hasta en el final del infinito para llevarte en mis alas como el más frágil pergamino
y aunque estuviese aplastada y resignada en el asfalto como un bicho,
conjuraría el mejor de los hechizos para ver tus lágrimas convertidas en tu libro favorito.

Camino atravesando paredes con un cigarro entre mis dedos,
con la osadía que careces para renunciar a lo que te daña cada día.
La desilusión, irónicamente, me hace más valiente que a ti
y aun así no soy más que los residuos de los deseos de una niña que hace años expiró.

Por todo eso te pido perdón.

Te pido perdón por ser quien cada día se ve seducida a emprender un viaje a la nada sin regreso.
Te pido perdón por destruir hasta la mejor de las peores intensiones.
Te pido perdón por insistir en que el mejor plan es el que no se planea.
Te pido perdón por llover mientras me deshago y dañar tu calma.

El diablo llegó una noche de esas tantas donde el alma se cansa pero el sueño no llega
y me infectó el cerebro con el parásito del sobre valorado significado de existir.
Creí ser una soñadora que emprendiera resistencia, siendo más fuerte que cualquier tragedia,
pero solo me atrincheré en el miedo de la voz de esas personas que no temen herir.

Me quedó grande mentir a ella y mentirte a ti,
Me quedó grande fingir que puedo respirar sin tener una razón de vivir.
Me quedó grande amar sin dañar solo porqué yo me rompí cuando crecí.
Me quedó grande confiar en cada cosa en la que alguna vez creí.

¿Cómo se silencia la verbigeración y recriminación por no tener la valentía de cumplir lo que otro soñó?
¿Cómo se borra la bregadura de una pasión que se transformó en un cariño que nunca se confesó?
¿Cómo se motiva la gallardía de darle la estocada cobarde a una existencia que hace años terminó?
¿Cómo se deja de pensar en las respuestas a preguntas que nadie más se atrevió a dar solución?


4.26.2019

El impetuoso regreso de la despedida.

abril 26, 2019 Posted by Geraldine Bonilla No comments
Con el reproductor en aleatorio mato mis pulmones con tabaco;
con el remordimiento de lo que no viví tarareo una armonía melancolica.
Con el rimel corrido y seco, rejoneo tu indiferencia ponzoñosa
y aun sin fuerzas, sueño con vos, bailando un soul bajo luces de neón.

Nostalgica es la ciudad aunque ya no sea navidad y estemos en el auge de la primavera,
que se refocila de alumbrar enamorados que duran tan solo un viernes con olor a cerveza.
Yo, mientras tanto, mareada y con mis pies aferrados al asfalto me convenzo de que no te extraño.
Yo, como de costumbre, escribo cartas de despedida que no entrego y si terminan en llanto.

Y en la noche con boleros de Celia me cuestiono si pesa más la vida que un suspiro
o, con milongas de Gardel y un trago de ron, echo al azar si es más fácil morir que olvidar a un viejo amor.
Dice mi vieja: escribir libera... Pero he regurjitado tantas letras y sigo en un interminable naufragio de tristeza;
Pienso yo, que como todo en mi vida, hasta escribir lo hago a medias y aun no sé como encontrar un son mejor.

El mismo sonsonete en mi testa que sin repudio alguno cada mañana me culpa
y yo me he juzgado las mismas veces que en silencio te he perdonado.
Porqué aunque suene inverosimil, con este viernes ya sumé la ciento un vez que me restauro,
recordando que entre cientos de mentiras decidí dejar todo atras y decirte que te amo.

Esta noche quiero una cita frente a frente con la muerte,
que me explique que la hace tan seductora aunque sea tan tenue
y si decide que soy merecedora de cubrirme en su sotana,
que me de la chance de ser intimidada por ultima vez a causa de tu mirada.

El reproductor sigue en aleatorio pero ya no canta tan triste como cuando empecé,
sonando un chachachá de antaño que quizá bailamos juntos en otra vida.
El rimel sigue corrido pero en medio de mi paranoia desempolvo lo que alguna vez soñé,
anhelos que tenia antes de que la vida de él se llevara toda la mia.

Pero a final de cuentas de que me sirve escribir si todo dentro de mi volverá a arder
y no quedará más remedio que quebrarme otra vez,
como un bucle inagotable de bofetadas causadas por mi otro yo
que con el espejo repudia cada palabra que sale de esta boca.

Y si no vuelvo más, perdoname cariño, por no ser tan fuerte como el amor que te tengo,
pero es que el declive que tengo no merece verlo ni el más fuerte de los heroes.
Y si no me alcanzo a despedir de ti, te puedo asegurar que aunque mi cabeza sea tan inquieta
jamás me arrepentiré de amarte con esta vida que agoniza.


2.20.2019

12.000 años luz.

febrero 20, 2019 Posted by Geraldine Bonilla No comments

Te ví esta noche entre las luces de los puentes, entre trabajadores agotados y perros olvidados. Te ví esta noche y sin embargo no estabas, eras un espectro en el asfalto con forma de esas sonrisas que dicen mentiras... Eras una voz agonizante que estando a miles de kilómetros es difícil recordar.

Intenté reconstruirte en las calles recorridas a tu lado, pero dibujarte se hace más difícil cada día, sobretodo cuando no existe una fotografía de tu sonrisa junto a la mía y ya se me va olvidando el sonido de tu risa. Aquí el tirano principal es el tiempo, pues yo te escribo como en cinco textos lo que siento y en cuestión de segundos y en una línea me das a entender que la cursilería para ti es monotonía.

¡Que necia vanidad la que tengo! Que en vez de soltarte en tus sueños, náufrago en mi nostalgia y por ti me muero. Me magulla el alma la incertidumbre de cuanto espacio debo dejar cada noche en mi cama por si un día decides darle el 'adiós' a tus otros amores.

Es que tu amor es una especie de testamento literario de un poeta, es un juego de la ruleta rusa pero con el tambor lleno de balas. En este juego tú disparas un 'te amo' y yo ruego al cielo que esta vez no me llene de tristeza. Voy directo al abismo, sin frenesí, apostando con un vagabundo los vestigios de mi querer demacrado para ser tu testigo ocular y ayudarte a limpiar cada cicatriz.

Te ví esta noche y ojalá fueran muchas más. Te ví en el humo de un curioso cigarro que a veces me hace reír, porqué ya estás menos presente en mis llamadas que en mis alucinaciones. He empezado a sospechar que el resto del mundo sabe que estoy al borde de la locura, te veo en todas partes y no estás en ninguna.

Al parecer solo vives en mi mente hasta que regreses y yo escribo parrafos que acumulan tachones, escurren lágrimas y recitan versos desmesurados. Te veo en mi cuarto en la madrugada, el cual está menos desordenado que mi cerebro y aún así me sigue doliendo como nunca tu ausencia. Pero me aferró al anhelo de volver a despertar en tu hombro... Me limpio el llanto y bailo desnuda para ahuyentar al mal consejero que es el diablo quien me dicta que le entregue el desierto de mis piernas a otros lectores.

Perdonarás mi cíclica melancolía y este texto que parece más una queja y no una solemne declaración de amor. Prometo concentrarme en las historias que ya volveremos a escribir. Me resignaré a la filosofía de que un día más es un día menos, no sé si para verte o para enterrarte en verbos. Pero por ahora, mon amour, no pienses la distancia que nos separa ni en lo difícil que es amar con todo en contra... Tan solo hazme el amor en un par de acordes, hazme sentir que me cuidas de la muerte que resulta ser muy coqueta así antes de dormir yo no sea tu pensamiento recurrente.

Llévame en cada palpitar —al menos en uno de por medio— y recarga de energía este corazón que cuenta cada tic tac todos los días desde tu partida.