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Nosotras amamos dormir desnudas, pues
en cada roce de la brisa por la piel se encarga de encapsular
recuerdos no gratos, ratos amargos y dolores del alma, para perderles
en medio de la marea …
Nosotras amamos dormir desnudas al
mismo tiempo que desnudamos nuestra alma a una voz que calma nuestras
heridas y rompe el silencio de nuestros más punzantes secretos.
¿Recuerdas lo que dijo Benedetti?
“Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles. “
“Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles. “
Para ti mujer, tal cual una rosa, tan
hermosa y peligrosa; con curvas tan cautelosas como la corriente
misma de un rio; con esos labios de mil sabores y matices; amor y
entrega infinitos que solo una madre sabe ofrecer, tan apasionada y
deseable como la exquisitura de un postre … Amate mujer, desnuda tu
cuerpo al olimpo, desarma tu voz al amor que lo vale … recuerda que
nuestra paz se encuentra cuando amamos dormir desnudas.
¿Por que en vez de callar los golpes
de una bestia sin perdón, haces que la belleza de ti, mujer, sea una
“prodigiosa blasfemia”?
Nosotras amamos dormir desnudas, dando
vida a palabras sin raíz, amamantando la historia entre grandes o
pequeños pechos, regalando los gemidos y el fuego al amanecer.
Mujer es mucho más que prestar el
vientre, mujer es ser el complemento perfecto de la creación, la flor
faltante de el paraíso, la musa de mis versos extasiados bajo la
lluvia. Desvestir el alma de tan sublime y delicioso ser al ritmo de
tangos y flamencos, demostrando a tan valiente y afamado caballero
que amarte es el más exquisito reto. La mirada de mujer: como un
oasis de paz, a donde llega el peregrino buscando refugio después de
un largo camino
Si descubres el néctar que protege tus
labios, la infinidad de placeres entre ese cabello dorado que cubre
te arqueada espalda, la hipnosis que provoca el contonear de tus
caderas, entonces entenderás que tu amor es el más valioso zafiro
para no entregar a un simple mejor postor …
Guarda estos párrafos entre el clamor de tu llanto, en la curva de tu sonrisa y el misterio de tu corazón, te lo regalo a manos abiertas, después de todo siempre
amamos dormir desnudas.