12.05.2012

¡Maldito convencido! Yo lo quiero ...

diciembre 05, 2012 Posted by Geraldine Bonilla , 1 comment
Usted me mira como esperando una palabra precisa de mis labios y yo dejo escapar mil suspiros y ni una sola frase ...
¿Acaso, no ha entendido que ahora solo creo en su mirada? ¿Que su sonrisa es la religión que me enorgullecería llevar en mi espalda?

Si le preguntan quien es la loca que lo nombra en las noches como si de un ritual se tratara, mencione mi nombre camuflado, de tal forma no se enteren que su sonrisa por ratos es mía, que envidien la atmósfera de calor que sabemos crear usted y yo.

Lo quiero ¿para que? ... aun no lo se (por desgracia) pero lo quiero dibujando mis labios, lo quiero para recitarle aquel texto que le debo, lo quiero ahora y para siempre, lo quiero en un 'hasta nunca' camuflado en un 'hasta pronto'; lo he aprendido a querer entre lo imposible y la distancia; lo quiero como si lo odiara, lo quiero entre melodías de Tchaikovsky, lo quiero ya, lo quiero entre mis sueños.


Le escribo porque me canse de pensarlo en secreto, de obsequiarle mis comisuras para que las haga suyas y en el intento fracasado salga perdiendo su nombre. Le escribo ahora, en el punto exacto, donde no se ni porque lo hago, donde -muy probablemente- salga perdiendo ... pero no me importa, porque le escribo a su cabello que es tan maldito y bello y no me arrepiento de un verso.

No se vaya de mi vida si aun no he destilado en su piel; no me olvide en sus letras si aun no he hecho fusiones con sus manos ... Porque yo lo quiero, mucho y tanto, como para jugar todo por nada, porque por su cariño malgastado doy lo que tengo y se me acaba, dejo abandonado lo que es "seguro" con tal de recibir tan solo un beso suyo.


Mi cabello despeinado lo espera esta noche en la vía que dirige a mis sueños, porque es usted el tipo de la linda sonrisa y sensaciones agradables, el maldito convencido e idealista que se ha robado mi mente para llenarla con los recuerdos de cada perfecto movimiento que sale de su cuerpo.

Quizá no soy la de la figura mas esbelta, el cabello mas largo (porque de hecho me lo he cortado) o las uñas perfectas, pero le juro a usted y a su pronta ausencia que mis letras nunca le faltaran... y mi voz ... ¡ay! mi voz... la que desgasté pensando en silencio, siempre le van a decir que lo quiero, aunque no entienda aun el porque lo he de querer tanto, entre distancia y miedos ... quizá solo me enganche con la primera vez que vi salir su sonrisa mientras el sol bogotano se iba de mi ventana.

No entiendo ni porque le escribo, tan solo sea la mejor excusa para ocultar el miedo que tengo de perderle, aunque ni siquiera lo tengo ... 

Y usted vuelve, y me mira, como esperando tantas palabras de mis labios y yo solo quiero dormir en sus brazos ...

Y yo ... pues yo me vuelvo a perder entre letras y el tiempo ...


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