Hoy quisiera escribir algo bonito, pero no fugaz... algo que estremezca la piel del afortunado y que no deba borrarlo al pasar los meses. Yo sé que todos queremos, deseamos hasta el tuétano a quien llenar de corriente melosería y caer en el circulo vicioso de besos con significado y noches de desvelo.
Y si tuviera a quien enviciarme, no remediaría en canciones ni en historias a la madrugada. Si esa persona existiera, lo invitaría a caminar conmigo la vida entera, por muchos parques... por mis lugares favoritos y ya en su cansancio, un masaje de besos por su espalda y vino tinto en sus labios... Todo eso, si mi vicio existiera.
Tal vez, solo tal vez si existiera quien mereciera mi insomnio de canciones, dejaría de mentir en los juramentos y quizá hasta en el color de mi cabello... Mi única promesa sería desvanecerme en su piel cuantas veces lo pidiera, dibujaría mapas en su pecho, crearía gemidos en silencio y un beso en la mejilla antes de dormir.
Si el amor de la vida existiera, realmente, todos mis vestidos serian de seda y tendría mucho cuidado al elegir los tacones que combinarían con las veladoras que a medianoche él encendería para cenar. Juro que me desviviría por hacerle sonreír de mil maneras hasta la hora del desayuno... y hablar, hablar por horas hasta que el sueño nos haga una mala jugada y active nuestra ansiedad de conocer las confesiones que tuvieron lugar en un pasado incierto...
Y si tuviera con quien re-definir la palabra "amor", le enseñaría un par de notas en saxofón hasta que el frío de luna llena le seduzca a probar mi café, el que me gusta tomar en las tardes cuando Bogotá está fría. No descuidaría el color de mis uñas, porqué anhelaría a la hora de las onces, escribir mi nombre con ellas sobre su espalda, mientras a él le da un tanto de cosquillas...
Debo reconocer que mis desayunos no son los mejores, ni los más nutritivos... Le recibiría el día con un jugo de naranja y un par de galletas compradas en el supermercado, pero le nutriría el alma con cientos de poemas ya escritos de musas ajenas.
Es probable que de mi historia no le diré que me arrepiento y que desearía que él la protagonizara... No miento cuando digo que pocas cosas cambiaría, quizás dos o tres nada más... No querré una conversación inteligente a su lado y jugar a la pareja ideal e interesante en un restaurante. Solamente querré nunca abandonarle en momentos de dificultad, no cambiar cada uno de sus ideales... siempre tendrá mi pasión intacta y mis manos al rededor de su cuello cuando desee abrazarlo y que el mundo se detenga... Diría "te quiero" y sería para siempre.
Podría escribirle cosas como estas, o quizás otras que si sean bonitas pero a nadie las enseñaría... Solo me basta con esperar a que exista y luego su olor me envicie.