3.18.2014

Vicios.

marzo 18, 2014 Posted by Geraldine Bonilla No comments

Hoy quisiera escribir algo bonito, pero no fugaz... algo que estremezca la piel del afortunado y que no deba borrarlo al pasar los meses. Yo sé que todos queremos, deseamos hasta el tuétano a quien llenar de corriente melosería y caer en el circulo vicioso de besos con significado y noches de desvelo.

Y si tuviera a quien enviciarme, no remediaría en canciones ni en historias a la madrugada. Si esa persona existiera, lo invitaría a caminar conmigo la vida entera, por muchos parques... por mis lugares favoritos y ya en su cansancio, un masaje de besos por su espalda y vino tinto en sus labios... Todo eso, si mi vicio existiera.

Tal vez, solo tal vez si existiera quien mereciera mi insomnio de canciones, dejaría de mentir en los juramentos y quizá hasta en el color de mi cabello... Mi única promesa sería desvanecerme en su piel cuantas veces lo pidiera, dibujaría mapas en su pecho, crearía gemidos en silencio y un beso en la mejilla antes de dormir.

Si el amor de la vida existiera, realmente, todos mis vestidos serian de seda y tendría mucho cuidado al elegir los tacones que combinarían con las veladoras que a medianoche él encendería para cenar. Juro que me desviviría por hacerle sonreír de mil maneras hasta la hora del desayuno... y hablar, hablar por horas hasta que el sueño nos haga una mala jugada y active nuestra ansiedad de conocer las confesiones que tuvieron lugar en un pasado incierto...

Y si tuviera con quien re-definir la palabra "amor", le enseñaría un par de notas en saxofón hasta que el frío de luna llena le seduzca a probar mi café, el que me gusta tomar en las tardes cuando Bogotá está fría. No descuidaría el color de mis uñas, porqué anhelaría a la hora de las onces, escribir mi nombre con ellas sobre su espalda, mientras a él le da un tanto de cosquillas...
Debo reconocer que mis desayunos no son los mejores, ni los más nutritivos... Le recibiría el día con un jugo de naranja y un par de galletas compradas en el supermercado, pero le nutriría el alma con cientos de poemas ya escritos de musas ajenas.


Es probable que de mi historia no le diré que me arrepiento y que desearía que él la protagonizara... No miento cuando digo que pocas cosas cambiaría, quizás dos o tres nada más... No querré una conversación inteligente a su lado y jugar a la pareja ideal e interesante en un restaurante. Solamente querré nunca abandonarle en momentos de dificultad, no cambiar cada uno de sus ideales... siempre tendrá mi pasión intacta y mis manos al rededor de su cuello cuando desee abrazarlo y que el mundo se detenga... Diría "te quiero" y sería para siempre.

Podría escribirle cosas como estas, o quizás otras que si sean bonitas pero a nadie las enseñaría... Solo me basta con esperar a que exista y luego su olor me envicie.

3.02.2014

2:00 AM.

marzo 02, 2014 Posted by Geraldine Bonilla No comments

Nunca antes mi cabeza se había rayado tanto, el alma dolía mas de lo normal, totalmente abrumada, corriendo en una avenida principal deseando que un rayo cayera o no haber visto la luz del día nunca en la vida... Como me dolían los recuerdos, las personas ausentes, dolía despertar en las mañanas y creer que al sonreír todo se iba a ignorar.

Que bueno fue no llevar ni teléfono, dinero o una identificación ese día... que apropiado momento para desaparecer del planeta y llorar cada mentira dicha y cada sonrisa fingida... ¡Era una tristeza fenomenal!... Caminar sin rumbo, recorriendo lugares que recrea tu mente en tu infancia, soñar con no haber vivido mas allá de cuando ya se era feliz.

Esa tarde, la muerte lucia tan hermosa... la voz en mi cabeza pidiendo acabar con el tiempo infinito y mis piernas sin dolor, aun después de caminar tantos kilómetros, como buscando un refugio al final del mundo. No, ese día ya no valía nadie, nada importaba, los esfuerzos y palabras animadoras habían expirado, la decisión estaba ya envenenando mi sangre...

... Luego llegué al parque que encapsuló parte de mi infancia, tantas risas y un par de amigos de aquel entonces... Los columpios se elevaban hasta el cielo, como para volar como ave; aún así yo no estaba ya flotando allí, ni siquiera podía pertenecer a la historia de una jodida silla voladora ... ¿Que más da? Ya no soy elemental para respirar, solo robaba oxigeno...

Una señora, muy apropiada y algo coqueta con su compañero, casualmente ofreciendo lapices y colores en el prado... ¿como no intentarlo? Quise escribir una lista de quienes podía querer aun después de la decisión radical, sin mentir y a mi desilusión, solo pude contar 5... Pero bueno, 5 personas son más fáciles de despedir en una carta escrita en lapiz gastado y mojada en lagrimas sin miedos...

Tan bonitas que se veían aquellas flores en mis manos, luego de recogerlas cerca al cementerio... Habían girasoles, margaritas y rosas blancas... todas marchitas, tan similares a mi mente aquel día...

Maldita noche en la que mi plan no funcionó y aquella decisión dramática, revolviendo un par de elementos básicos, no resultó (nunca fui buena para eso de la química y como lo lamento); solo me causó un jodido dolor de cabeza, de estomago y un desmayo por no haber almorzado.

Cuatro meses después, no sé que tan bueno fue despertar en la clínica... a veces me lamento, como esta madrugada... A veces abrir los ojos cuesta tanto, cuando a tus demonios debes saludarlos en las mañanas y el alma te pesa mas que un cuerpo cansado.




No tengo propósito alguno en esto, solo que no querer dormir ni querer despertar raya un poco la cabeza a las 2 de la madrugada.